Vinos, champagne y gin tonic en el Jazzaldi de Donosti

Lejos de quedarnos con algunos detalles (de fácil solución), lo essencial son las sensaciones que nos han producido disfrutar del JAZZALDIA de Donosti en todas sus formas. Todo un deleite para los sentidos: la música en nuestros oídos, el mar ante los ojos, el salitre en el olfato, el champagne en el paladar y la copa en nuestro tacto…

Muchos compartiréis conmigo que, gustos musicales aparte y suene lo que suene en cada momento, la programación del Jazzaldi 2013 invitaba a vivir las sensaciones y a disfrutar los momentos. Y todo suena mucho mejor con un vaso de vino en la mano (aunque sea de plástico).

Vaso de Vino en Kursaal

Vaso de Vino a la medida del Jazzaldi de Donostia

Aquí sí que me gustaría hacer mi particular reflexión, ya que como amante de la música y la enología, me pareció una idea genial que en Jazzaldi también estuvieran presentes los vinos. Ya sabemos que en esta cita cultural, la cerveza es la que adquiere protagonismo (por el patrocinio de Heineken), pero como yo, muchas otras personas enófilas, nos alegramos de haber podido disfrutar de estas veladas musicales junto a un buen vino.

Y así, escuchamos al joven Jamie Cullum con un vino de Tarragona…

A la Prima de Janis con una copa de champagne o, como en mi caso, sin recordar bien qué sonaba en ese momento, saboreé un gin tonic que me supo a gloria bendita…

Tal vez, lo que me engatusó fue el buen hacer del barman que me lo sirvió, que desprendía felicidad. Por su manera de trasmitir su buen hacer en mi copa me hubiese gustado más un beso suyo. Tal vez por los efluvios de la gin sueca (Imagine), la mente me jugó una mala pasada y se me pasó por la cabeza besarle ¡Qué hubiera pasado de haberlo hecho!
Lo que sí sé es que, junto a mil y un detalles más de la noche, ese Gin-Tonic fue uno de los mejores que me he tomado últimamente, difícil de encontrar algo así en nuestros bares de hoy… ¡Todo un lujo!
Éstas son sólo algunas de las cosas que pasan en el Jazzaldi…¡Un disfrute!

Vaso de Gin-Tonic con limón

Gin Tonic especial en el Jazzaldi

Por otro lado, al programa musical del Jazzaldi nada que reprochar. La edición de este año (no apto para supersticiosos) ha derrochado talento, veteranía y buena onda. El Jazzaldi inundó de buena música los distintos espacios de la ciudad y han paseado por Donosti figuras como Elvis Costelo o bandas de la talla de Belle & Sebastian, muy aplaudidos en el escenario verde. También se han escuchado voces como la de Concha Buika, o China Moses y los acordes de Jorge Pardo en la Trini, entre un largo etcétera…
En definitiva, no voy a reproducir todo lo acontecido. Para más detalles, ya se pueden visionar los vídeos de la web oficial.
La de 2013, una edición del Jazzaldi para la historia. Ahora a esperar la de 2014. Esperamos que nos traiga buenas sorpresas

Huellas imborrables -y otras para borrar- que ha dejado el vino en el séptimo arte

El cine se ha asomado al mundo del vino de muy diversas maneras y ha encontrado un importante caldo de cultivo para la fabricación de historias. Algunas de las películas más populares que se han forjado en torno a la enología, aún hoy perduran en nuestra memoria. Y es que la cultura vinícola tiene valores propios, tan representados y valorados por el séptimo arte como son el arraigo a la tierra, la lucha de clases, el amor, el placer, la amistad…

Por eso, muchos directores de cine se han unido al lema ‘De un buen vino hacemos una buena película’, aunque luego el resultado haya sido muy distinto. El que tengo más presente y primero que se me viene a la cabeza es el clásico de John Ford de 1940 ‘Las uvas de la ira’. Este magnífico clásico del cine refleja en el rostro de Henry Fonda las penurias que sufrieron  miles de agricultores durante la depresión agrícola de los años 30 en Estados Unidos.

Esta película se basa en la novela del mismo nombre escrita por John Steinbeck, que recibió el Premio Pullitzer, y muestra la rebelión de unos jornaleros, que pasan hambre y que pierden todo menos la dignidad.

Fragmentos de la novela como éste, son temas de actualidad incluso hoy.

«Y los grandes propietarios, los que deben ser desposeídos de su tierra por un cataclismo, los grandes propietarios con acceso a la historia, con ojos para leer la historia y conocer el gran hecho: cuando la propiedad se acumula en unas pocas manos, acaba por serles arrebatada. Y el hecho que siempre acompaña: cuando hay una mayoría que tiene hambre y frío, tomará por la fuerza lo que necesita. Y el pequeño hecho evidente que se repite a lo largo de la historia: el único resultado de la represión es el fortalecimiento y la unión de los reprimidos», (John Steinbeck – Las uvas de la ira).

Este film, considerado uno de los 50 mejores de la historia del cine, sería nuestro Gran Reserva, porque el paso de los años no le ha hecho perder ni un ápice de interés.

Cartel de la película Entre Copas

Cartel de Entre Copas

Más contemporánea es la película ‘Entre Copas’, que obtuvo buenas críticas (además de un Oscar al Mejor Guión Adaptado en 2004) que trata sobre conflictos sentimentales y relaciones de amistad, con el vino como telón de fondo. Muy bien ambientada e interpretada, ‘Entre Copas’ es una película menor (sin grandes aspavientos), pero que logra calar en el corazón. El recuerdo que deja es como el de un Reserva, porque ha conservado su calidad y perdura intacto en el paladar, pese a que ha pasado casi una década desde su estreno.

La película que calificamos como ‘crianza’, porque resulta fácil de consumir y agradable al paladar es ‘A good Year’. Este film, dirigido por Ridley Scott está protagonizado por Russell Crowe y Marion Cottillard. La película transcurre entre viñedos franceses y, desde que empieza hasta que el fin, es un culto al ‘savoire faire’, que dirían los franceses. Una película fácil de digerir, amable, divertida, con las dosis justas de humor y romanticismo sin llegar a empalagar (aunque sea un final más que predecible). Perfecta para una tarde de domingo, sofá y tener con quien compartir una copa de vino.

Hay que remontarse a 1995 para traer hasta esta recopilación aleatoria (y sin  criterio científico alguno) la siguiente película. ‘Un paseo por las nubes’ del director Alfonso Arau se presentó en el Festival de Cine de San Sebastián como una de las películas estrella que inauguró el certamen. Entonces Keanu Reeves y Aitana Sánchez Gijón estaban en la cresta de la ola y ambos formaban una pareja de película. Sin embargo, su maridaje en esta película no obtuvo buenas críticas de la crítica, ni del público. Su principal interés, ensalzar la cultura del vino como una filosofía y actitud ante la vida. Por lo demás, sin pena ni gloria, por eso, la dejamos en la categoría de esos vinos jóvenes que pruebas y recuerdas en el momento, pero que con el paso del tiempo olvidas fácilmente.

Y hasta aquí, este repaso por la cinematografía que se ha fijado en el mundo del vino para el rodaje de historias bien distintas, pero con un denominador común. No son ni las mejores, ni las peores, ni las primeras, ni las últimas…. son simplemente, algunos de los títulos que rezuman aroma de vino.

Nuestra fábrica de sueños, inventamos la Cultura Vin-Art

A lo largo de la historia, el vino ha estado siempre muy vinculado al arte y ha sido representado junto al ser humano de muy distintas maneras por la literatura, la pintura o la música. Nosotros hemos denominado ‘VinArt’ a ese espacio abierto a la interpretación artística de la enocultura en sus múltiples facetas.

Nos valemos de la imaginación y la creatividad para fabricar sueños. ¿Realidad o ficción? Tú decides

Frases célebres:

«Quien sabe degustar no bebe jamás el vino, sino que degusta secretos», Salvador Dalí

«Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador», Federico Fellini

«Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino», Pío Baroja

«El vino es la única obra de arte que se puede beber», anónimo.