Lo normal es que, a sólo dos días para el inicio de las vacaciones de Semana Santa, tengamos más que planificado nuestro destino turístico: el hotel reservado, los lugares de interés para visitar en la zona… Conozco incluso a quienes, sin haber pisado aún el terreno, ya son capaces de reproducir de memoria los monumentos arquitectónicos más importantes, fechas, historia, etc. Lo mío es más la improvisación, prefiero decidir el lugar de destino en el último momento, y una vez allí, descubrir ese rincón escondido que no está señalado en las guías turísticas. Me gusta sorprenderme con las historietas de las gentes de la zona que cuentan leyendas, cuyo misterio va aumentando a medida que pasan los años.
El enoturismo es un sector en alza
Sin olvidarnos que el eje central de este blog es el vino, este post está dedicado a los que, como yo, aún no tienen decidido su destino vacacional y, en el último momento, oyen hablar a alguien de aquel lugar donde vivieron situaciones imborrables. ¿Nos vamos de enoturismo?
Ayer, mi amiga Alicia me habló de un lugar que estoy deseando descubrir y que, por lo que he podido observar reúne todos los requisitos para que se convierta en unas perfectas vacaciones de Semana Santa. Un bonito paisaje, naturaleza para hacer senderismo, historia, tradición… y lo que más me atrae de todo, se dedican al cultivo de vid y se pueden visitar sus bodegas donde la producción de vino es reducida, pero de calidad. Se trata de Arribes del Duero. Aquí dejo un vídeo que muestra las maravillas naturales de Arribes, un paisaje que a mi particularmente me ha cautivado, por lo que espero visitar en breve…
WINE VIDI VICI 